Era demasiado tarde para ir andando sola por la calle. Era demasiado tarde para ir paseando por un lugar por el nunca solía ir. Era demasiado tarde y demasiado peligroso, pero llegados a este punto no sabía que otro lugar acudir. Subió las escaleras. Allí no había ascensor. Solo había estado un par de veces aquí antes, y la verdad es que su visita no había traído consigo nada bueno, pero esta vez sería diferente. Esta vez venía a ser rescatada, no a vengarse. Dio varios golpes en la puerta y el chico solitario le abrió. La miró con cara de sorprendido, era la última persona a la que espera verse llamando a su puerta. -Creo que esta vez me he pasado - dijo ella, bajando la mirada. Nada era suficiente para ella, pero esta vez había tenido bastante. -No puedes decir que no te avisara - el chico solitario se echó a un lado, invitandola a pasar. Ella se adelantó y dejó su bolso encima de la mesa. -Lo siento - el chico solitario sonrió. Era lo más sincero que había conseguido que le dijera en todos los años que la conocía. En realidad era la primera vez que le dejaba ver sus sentimientos, la primera vez que se quitaba su máscara de Channel y le miraba directamente a lo ojos. -Iba a pedir pizza ¿qué me dices? - ella sonrió y le miró sorprendida. Jamás hubiera llegado a imaginarse comiendo pizza en Brooklyn, pero aún así sintió. -¿Estabas viendo Vacaciones en Roma? - la chica se dejó caer en el silló y miró atentamente la pantalla del ordenador con una sonrisa. -Bueno, ese era mi plan de sabado por la noche - dijo el chico solitario mientras descolgaba el telefono y se disponía a llamar. -Creo que ahora también es el mio - dijo la chica mientras se deshacía de los tacones.
"Sé que esta preocupado por su hija, porque esta con un tio que va en moto, dando bandazos a 200 por hora a toda ostia no qieero enterarme de lo qe pasa ami alrededor pero de repente aparece algien qe te dice qe aflojes y cuando aflojas, te das cuenta de las cosas y entonces te das cuentas de los pequeños detalles. Que detrás de esas copas, hay un trofeo, que esta sonando mi canción favorita, y que Rosana se iria haora mismo con usted alfin del mundo. Su hija, señor, me hace ir lento. Me hace sentir bien."
Sé que te quiero, simplemente lo sé, cuando te miro, y me estremezco, cuando me sonries, y me vuelvo loca, cuando me pierdo en tu mirada, cuando rozo tu piel tan suave, cuando escucho tu respiración que me pone los pelos de punta, cuando te veo, y mi corazón late más fuerte que nunca... ?
-Y tú, ¿ Qué quieres ? -Mmmm, quiero tocar las estrellas, quiero una casa en primera linea de playa, quiero tener un pony... -No, boba, sabes a lo que me refiero.. -Lo se, lo se -Pues venga, respóndeme.. -¿Puedes repetirme la pregunta? -¿Otra vez? -Sí, venga.. -Esta bien.. Y tú, ¿Qué quieres? -¿Que qué quiero? Quiero levantarme por las mañanas y ver tu cara nada más abrir los ojos, quiero que me llames todos los días, que te preocupes si no estoy bien, que me preguntes, que me llames princesa, que me abraces, que me beses, que te pongas celoso de otros chicos, quiero tenerte cerca, que intentes hacerme reír, que te mueras por verme todos los días, que no llegues tarde, que salgas unicamente para verme a mi, que no dejes de lado a tus amigos por mi, que vivas cada día como si fuese el primero, que me digas te quiero cuando lo sientas, quiero vivir un sueño, nuestro sueño.
Nos empeñamos en buscar la felicidad cada día y no nos damos cuenta
de que es ella quien tiene que encontrarnos, y eso será donde menos te
lo esperas, en el instituto, en el supermercado o en mitad de una boda.
Y cuando llega descubres que ahí no acaba todo, que el final de un
camino sólo es el principio de otro, y lo único importante es la
persona que escoges para que camine a tu lado. Y esconderse es lo que
menos te importa, lo que te importa es que estás tocando con la yema de
los dedos eso que has estado soñando toda tu vida, y ya sólo importa el
hoy, el presente y lo que queda por venir.
Cuando sufres una fuerte decepción piensas que no podrás sobrellevarla; no comes, no duermes, sientes que se destrozan tus nervios y crees que tu mundo se derrumbó. De pronto, se te ocurre acudir a soluciones artificiales que, en vez de arreglar las cosas, empeoran tu estado nervioso. Si quieres mejorar, lo primero que debes hacer es negarte a pensar en tu desgracia y comenzar a elaborar una lista de tus necesidades naturales y sobrenaturales, para empezar a entenderlas. No te quedes mirando las ruinas. Limpia tu campo para que comiences una nueva construcción, más firme y más hermosa. Tiberio López Fernández.